Hace años mi psicóloga me enseñó una táctica para aplicar al entorno laboral, pero que se puede aplicar en casi cualquier contexto que requiera de la negociación y la política desde luego lo es: «no digas nunca un no o un sí rotundo ante una propuesta, piensa en qué condiciones aceptarías y entonces di que sí siempre que se cumplan esos requisitos».
Pues eso justo es lo que espero de mis representantes políticos, que raramente llegarán a ser la opción más votada en cualquier jurisdicción, sin embargo cuentan con unas fortalezas valiosas para mí, las de su programa electoral y las propuestas que van haciendo.

No me importa tanto que lleguen a estar en una coalición de gobierno (que en principio es lo deseable), como que vayan rascando medidas de su programa y propuestas a quien lo ostente. Es lo que han hecho toda la vida el PNV o Coalición Canaria y en ese sentido les admiro y siento envidia sana hacia sus representados.
El que pretenda instalarse en un sí o un no rotundo a todo para cuatro años, sin adaptarse, evolucionar, negociar ni proponer nada nuevo, simplemente según su «bloque» resulte ganador o perdedor de unas elecciones, que se olvide de mi voto. Sé que somos muy pocos los que pensamos así, en España, estimo que como mucho llegamos al 10%; pero también sé que somos fundamentales para inclinar la balanza electoral en todos los ámbitos, municipal, autonómico, nacional o europeo. Quienes nos representan no deberían olvidarlo, es su dificultad, pero también su oportunidad.
Si, no creo que lleguémonos a ese 10% desgraciadamente pero debemos seguir manteniendo una actitud pro activa, el si o el no no significan mucho en si mismos si no se ofrecen alternativas válidas, inteligentes y VIABLES, todo lo que no sea eso, puede ser populismo estulto o sectarismo político desmedido y peligroso
Gracias por tu comentario. 100% de acuerdo, me alegro de comprobar que al menos, ya somos dos, jeje. Un abrazo. La esperanza prevalece.