Bueno es aquello que favorece a la vida (Friedrich Nietzsche)
Estoy a favor de la vida, no en contra del aborto.
Recientemente (diciembre 2013) se ha aprobado en España la «Ley de Protección de la vida del concebido y de derechos de la embarazada», que sustituye a la anterior «Ley de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo», de 2010.
No voy a entrar en cuál de las dos me parece más o menos conveniente, de hecho me parece irrelevante esa cuestión a medio plazo, ya que se ha entrado en una dinámica de péndulo, de manera que cada 4-8 años se cambiará de signo, buscando la venganza, con dos víctimas evidentes: La mujer embarazada y el no nacido.
Nunca olvidaré el efecto que me causó, en la razón y en el sentimiento, la visión de la ecografía de 14 semanas de mi primera hija, una figura con forma de pera, que latía y emitía un pulso eléctrico. Un ser humano, vivo, independiente, ADN mitad de mi mujer y mitad mío (salvo el mitocondrial que es casi exclusivamente calcado del de la madre…). Si me quedaba alguna duda, desde entonces tengo claro que un feto de 14 semanas es un ser humano vivo e independiente, con todo lo que eso implica para mí. Con la ecografía correspondiente de mi segundo hijo me reafirmé en esa posición. Una vez que nacieron ambos, verifiqué que en efecto, eran humanos, estaban vivos y no eran partes de mi mujer ni mías, sino seres únicos e independientes.
Dicho lo anterior, donde hay una gestación humana, hay otra vida que me preocupa tanto o más que la del feto, la de la madre ¿Por qué? Porque es una vida humana y porque esta ha de hacer un sacrificio altruista para que la otra sea posible. Obligar a la embarazada a llevar hasta el final el embarazo, prohibir, perseguir y amenazar, no son la solución a ningún problema, sólo son maneras de añadir una víctima al no nacido en caso de aborto: La mujer embarazada.
Me gustaría que el número de abortos descendiese hasta cero, pero pienso que el principio más justo y sensato es que la mujer ha de tener en todo momento el control y el poder de decisión, completos, sobre la consecución de su embarazo.
Todo el mundo, pero especialmente los jóvenes, debe conocer y practicar el uso de los preservativos y métodos anticonceptivos, para evitar embarazos no deseados pero también enfermedades de transmisión sexual. El aborto y la píldora del día después, no pueden promocionarse como métodos anticonceptivos masivos, aún en el supuesto que se considere al feto un cacho de carne extirpable de la madre, estos dos métodos no son en absoluto inocuos para la mujer, ni física ni psíquicamente. Muchos hombres faltos de consideración y con bajo nivel cultural caerán en la facilidad del «nosotros no usamos preservativos, total si pasa algo, que aborte ella». No creo que esto constituya ninguna liberación para la mujer, pero sí un gran lucro para ciertas clínicas y empresas farmacéuticas.
Prefiero que el estado y la sociedad se inmiscuyan lo menos posible en las vidas de los individuos y de las familias. No obstante, en el caso de la mujer embarazada, sí pienso que ambos, deben prestar todo su apoyo, sea cual sea la decisión de la mujer. Si esta está determinada a abortar y se le prohíbe, lo hará de manera clandestina, poniendo en peligro su propia vida y salud y añadiendo dolor a la situación. Hacerlo debe estar cubierto por la Seguridad Social con todas las garantías. El derecho de objeción de los médicos debe respetarse, estoy convencido que siempre habrá suficiente personal médico dispuesto a prestar este servicio y de que lo harán con gran orgullo. Con tolerancia al que piensa diferente y buena gestión todo es posible.
He dicho antes que me gustaría que todos los concebidos nacieran. Pero creo en la zanahoria más que en el palo, especialmente en este asunto. Igualmente a lo expuesto en el párrafo anterior, estado y sociedad deben prestar todo el apoyo, especialmente sanitario y económico, a la mujer que opte por traer una vida. Es posible que muchas mujeres optasen por esto si tuviesen tranquilidad respecto de la manutención del nuevo hijo. También está el caso de la que siente que no está preparada o no es el momento de su vida, o el padre adecuado… Para cargar con una responsabilidad que modifica la vida de una para siempre, pero que sin embargo, preferiría no matar a su hijo. Se me ocurre una solución al respecto, buena para todos. No entiendo por qué en España no se facilita la entrega en adopción. Conozco multitud de casos de parejas que no pueden concebir, pero que harían lo que fuera para tener un hijo, esperan años, viajan a China, Kamchatka o Sudáfrica, gastando miles de euros, a veces inútilmente, para traer un niño de allí. ¿Por qué no abrir la adopción dentro de España? Se haría un favor al no nacido, a los padres estériles, a la mujer que no puede criar a un hijo pero tampoco quiere abortar y pienso que a la sociedad en su conjunto. Estoy convencido que el (casi) único requisito para ser un buen padre es el amor y en esto incluyo a los padres / madres solteros y a las parejas de homosexuales (pero este es otro tema del que tal vez hable en su momento).
Se me ha quedado en el tintero hasta ahora, que la mujer que se ve en el dilema de abortar o seguir adelante con el embarazo, merece ser informada, de todas las consecuencias físicas y psíquicas que puede traer, para ella y para el feto, proceder en una u otra dirección. Posiblemente sea muy difícil llegar a una asesoría común de consenso, entre los que piensan que el feto es sólo un trozo de carne y los que piensan que es un hijo de Dios con un alma. Posiblemente una solución pueda ser tener la oportunidad de ser informado por un representante de cada postura…
Y esto enlaza con mi pensamiento final que ya vislumbré en el primer párrafo a propósito de las leyes. En el caso de España, este es un asunto suficientemente importante y sensible como para que los dos grandes partidos (y si cuentan para ello con los pequeños mejor) renuncien la venganza pendular y pacten de una vez una solución de consenso suficiente válida para la inmensa mayoría y que no se toque, salvo por consenso renovado. Prohibiendo una decisión que afecta a la propia trayectoria vital no vamos a ninguna parte, mirando hacia otro lado e ignorando que el no nacido tal vez sea una persona y que así lo cree al menos la mitad de la ciudadanía, tampoco. Los líderes que se sienten a hacerlo y lo consigan, de uno y otro partido, se cubrirán de gloria y serán recordados (para bien).
…
Supongo que no se ha entendido nada y los extremos de cada bando, me considerarán del contrario. No sé si he encontrado a alguien en España que piense como yo sobre este asunto, por lo que escucho y veo, casi sólo hay blanco o negro. Ojalá esté equivocado, por el bien de las embarazadas y de los no nacidos.
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Hace tiempo que llegué a la conclusión de que la participación en política real no servía para solucionar los problemas de mis vecinos y conciudadanos, ni para mejorar las condiciones de vida y por tanto, me fui desvinculando de ella y perdí el interés. Tampoco confío en el sistema judicial, por (mala) experiencia propia. No obstante como teoría humanista, siempre me ha interesado. Si este artículo os ha gustado, encontrareis algunos otros artículos sobre política en este mismo blog. Os agradecería también que pulsaseis la estrellita azul más abajo “Me gusta”.
Gracias.
Rodri, magnífico artículo. Sinceramente. Me extendería más, pero ando un poco espeso últimamente 😉 En cualquier caso, lo dicho: me ha encantado. Ecuánime e «ilustrado». Un abrazo.
Gracias Ángel, no es pa tanto, un abrazo
Hola Rodri…lo primero enhorabuena por el blog y con lo bien que manejas la palabra será un éxito!. Sobre el artículo, pues comparto que yo soy «pro-vida», y que ojalá todos los bebés pudieran venir al mundo. PERO, ese gran pero, hay muchos casos en los que no es viable y lo apruebe el gobierno o no se va a seguir llevando a cabo el aborto. Por ejemplo si un bebé viene con malformaciones, y dado que el estado no ayuda para nada en esos casos, a veces no es viable . Prohibir por prohibir no es la solución y la mujer volverá a aquellos años ya muy lejanos de volver a Londres, y eso SI es un retroceso y una lástima en un país Europeo y democrático donde estamos. Conozco varios casos de mujeres (muy cercanas a mi – y curiosamente unas de un «bando» politico y otras del «otro» y de diferentes estatus sociales/económicos), y ninguna llevó a cabo el aborto de una forma frívola. Al contrario, el hecho y la decisión de llevar a cabo tal acto fue MUY duro y me consta. Pero no seré yo quien tire una piedra, pues comprendo en cada circunstancia que les forzó a hacerlo. Yo misma como mujer, y como he dicho antes soy «pro-vida»…pero no me querría ver en la tesitura de una violación, un feto con malformaciones,…creo que es una decisión muy íntima y ha de ser la mujer quien decida y nadie más, y en cualquier caso apoyarla. Como dijo Ortega y Gasset. «Yo soy yo y mi circunstancia y si no la salvo a ella no me salvo yo». Creo que era un tema que ya estaba aceptado por la sociedad y no entiendo este «remover». Como apuntas en tu artículo se deberían de pactar unos mínimos, y que esos fueran inamovibles y no cada legislatura dependiendo de quien gobierne todo cambia como por «pataletas» de niños. Uy…creo que me he extedido mucho sorry! 🙂
¡Gracias Gemma! Por leertelo y por el comentario. Creo que estamos completamente de acuerdo, al menos en lo que dices 😀
Rodri, veo que te estás animando a poner por escritos tus pensamientos, ideas y emociones.
Como sabes, tengo mi propia entrada en mi blog, sobre lo que tratas hoy, pero quiero añadir un argumento más.
Estoy de acuerdo contigo, y no entiendo cómo se pueden expresar las ideas de forma binaria, estando a favor o en contra, sin matices. Este es uno de esos temas en los que, desafortunadamente, no se puede estar totalmente posicionado. En ocasiones, por mucho que decidamos legalmente, hay situaciones extremas en las que hay tener cuidado.
Si vemos una ventana, sólo puede estar cerrada o abierta. Yo me inclino a dejar la ventana cerrada, pero permitiendo su apertura en casos muy especiales, tal y como esta ley prevé.
Gracias por tu comentario Héctor. Yo sigo prefiriendo dejar la ventana abierta, pero poner todos los medios para que se pueda optar por la nueva vida, libremente
Creo que la Ley está sin aprobar. Después del jaleo parece que Rajoy va a transigir en que se suavicen las condiciones.
Dicho lo cual, a mí me gustaría una ley de supuestos, parecido a lo que había antes de ZP. No me parece bien que el aborto sea un anticonceptivo más ni tampoco que en determinadas circunstancias sea un delito.
Sobre el efecto pendular que comentas, ya existe en Educación, que a efectos prácticos es mucho más nocivo para el país en su conjunto y a los «dos grandes partidos» (léase con la adecuada mezcla de ironía y desprecio) les da igual. Como a sus millones de fieles votantes.
Al final la ley será de tal manera que en las cuentas de Génova piensen que les va a resultar mejor electoralmente, como suele pasar siempre. Y el que dice Génova, dice Ferraz cuando corresponde.
Hala, no sigo que me tengo que ir a Burgos… 😉
Gracias Isaac, veo que tenemos posturas bastante cercanas.
De la educación tengo pendiente otra entrada en este blog, pero va en la dirección de lo que dices.
Un abrazo
Os dejo un comentario de mi padre, que es médico, endocrino y nutricionista especialista, que me ha enviado por e-mail (no se maneja muy bien aún con WordPress…):
«En relacion al escrito que no os llegó sobre el proyecto de ley del aborto,mi punto de vista como médico que estudió embriologia ,es que sobran enfoques políticos,jurídicos,consensos y otras consideraciones interesadas que nada tienen que ver en una realidad biológica incontestable.Que el embrion humano segun la ontogenia y las sucesivas etapas evolutivas en su desarrollo finalizan maravillosamente en un niño o niña que llora .Tu padre.»
Bien, esto es lo que yo declaro con otras palabras en mi segundo párrafo, pero pienso que esta evidencia, si bien está «por encima de la política y la jurisprudencia» y por supuesto, por encima de intereses económicos o partidistas, por sí sola, no ofrece ninguna solución al problema de una madre que se encuentra ante la difícil coyuntura de abortar o seguir adelante con el embarazo, ni tampoco la ofrece al no nacido, aunque parezca que garantiza la defensa de sus derechos.
Si se coloca a la mujer en la ilegalidad ante el aborto, esta abortará en el extranjero si tiene medios, con lo que gastará dinero y el niño no llegará a nacer. Si no tiene medios, lo hará de manera clandestina, con lo que pondrá en grave riesgos su salud y el niño tampoco nacerá. En casos de marginalidad extrema puede que el niño llegue a nacer y sea abandonado en un contenedor. En el caso que la mujer se plantee abortar por «falta de medios» (más común de lo imaginado) y que finalmente el niño nazca, será una familia con graves problemas económicos, con una infancia difícil para este niño. ¿Qué problema hemos solucionado prohibiendo y penalizando? Ninguno.
No se me entienda mal, yo desaría lo primero, que no haya niños concebidos no desados y segundo, que todos los concebidos lleguen a nacer, pero también hay que asegurar su vida digna después de nacer. Yo hago propuestas creativas para lograr esto en la entrada de mi blog, que en ningún caso suponen criminalizar a la mujer, sino apoyarla, SOBRE TODO ECONÓMICAMENTE. La prohibición y criminalización del aborto no es ninguna solución. Pensadlo.
La Ley de Protección de la vida del concebido y de derechos de la embarazada no está aprobada. Es un anteproyecto. Cuando escribí esto en navidad 2013-14, tomé el dato de una noticia de un periódico sin verificarlo. Perdonad la confusión. De todos modos eso no cambia mi postura al respecto
estoy de acuedo contigo. De todas formas cada mujer es un mundo y hará lo que considere que le interesa mas pensando o no en la vida de la criatura.
te cuento mi caso. Pasé toxoplasmosis , quedé embarazada en agosto y me habian dicho que hasta septiembre que no quedara. De mellizas. El primer ginecologo, jefe de embarazos peligrosos de Hebron me dijo que a su mujer no le dejaria hacerse la prueba de si estaba bien o no y que siguiera adelante, que el IGG y el IGM eran lo mismo. Yo sabia que no lo era. Fui a la ecografia, el ginecologo tenia gemelos y me explico que me daba el 95 por ciento de que saldria bien en el momento que me decia que eran dos y no uno. Me lo decia por el IGG y el IGM. El habia estudiado en francia y alli con los argelinos habia visto varios casos. Cambie al otro giecoogo por ´´este. Tengo dos hijas de mas de 20 años y los problemas de la toxoplasmosis es que nacieran con problemas cerebrales o ciegas. Ellas tienen unos ojos azules y son licenciadas en matematicas, postgrado en finanzas y trabajan en Everis. Pero yo pasé mucho miedo.
Gracias por tu testimonio valiente. Mi posición es que es la madre quien debe decidir y prefiero que lo haga por la vida, pero debe ser apoyada en cualquier caso
Hola Rodrigo, entiendo tu punto de vista y entiendo que hay situaciones desesperadas, las menos por desgracia, pero como dijo hace poco el Papa Francisco al ser preguntado por este asunto «No se puede arreglar un problema matando a alguien» Por lo menos me gustaría que los que son partidarios del aborto, es decir, de la eliminación física de un ser humano, no lo disfrazaran con nombres raros o lo hagan tragar con argumentos sentimentales. Uno puede reconocer la necesidad de preservar la vida de la madre, que es importante, pero al final la cosa queda en tratar al hijo como si fuera un cáncer. Somos responsables de nuestro cuerpo pero no tenemos derecho sobre el de los demás y aún así entiendo que proteger la vida de la madre, cuanto todo es inútil y resulta inviable continuar el embarazo sin matarla, es importante. Por desgracia este supuesto es el menor y para todos los demás habría soluciones, si se quisieran poner en marcha, pero es más barato matar que ayudar y, ese amigo mío, es el peor de todos los problemas.
Entonces ¿qué medidas concretas propondrías para? 1. Reducir el número de embarazos no deseados a la mínima expresión. 2. Una vez sobrevenidos estos, animar a las madres a que decidieran voluntariamente proseguir con ellos y ocuparse de la nueva persona